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Te contamos sobre las pastas largas, cortas y rellenas más representativas de este país
Las pastas italianas parecen mágicas. Con apenas unos cuantos ingredientes, como agua, huevo y harina, la gastronomía de este país ha creado un sinfín de platos y figuras que tienen en común a su símbolo en la cocina: la pasta.
En Recetas Nestlé® queremos enseñarte sobre este universo que es mucho más grande de lo que imaginás. Pero acá nos vamos a enfocar en dos partes muy importantes: las pastas largas y las pastas cortas.
Pastas italianas largas
Comenzamos nuestro repaso a través de los diferentes tipos de pastas con las que se clasifican como largas. Acá, además, encontramos distintas formas, que también es otro método para agruparlas. Podemos encontrar pastas planas, tubulares y cilíndricas.
Vale la pena mencionar que hay algunos tipos de pasta cuyas diferencias son muy pequeñas o que, incluso, únicamente el nombre cambia dependiendo de la región en la que estemos.
Dejando esto claro, ¡vamos a viajar por Italia y a conocer sus pastas!
- Espagueti: no hay otra pasta que pueda encabezar este listado. Es, seguramente, la preparación italiana más conocida del planeta. Se trata de una pasta de forma cilíndrica y delgada.
- Bavette o linguine: aunque el primer término es de Génova y el segundo de Liguria, son dos tipos de pastas muy similares, por eso las pusimos en un mismo grupo. Su característica principal es la forma, que es plana y delgada.
- Cabellos de ángel: con uno de los nombres más bellos que se pueden encontrar en la comida, “capelli d’angelo” en italiano, son similares a los espaguetis, pero mucho más delgados, delicados y finos, de ahí su nombre como una comparación al cabello de los ángeles. Son, también, más rápidos de preparar y se suelen usar en caldos o sopas.
- Fettucce: una pasta italiana en forma de cinta y con un grosor entre 8 milímetros y 1,4 centímetros. Su masa se debe preparar con huevo.
- Fettuccine: es algo así como el hermano menor y más famoso del fettucce. Tiene la misma forma rectangular, pero es una pasta más delgada, de unos 5 milímetros. Su origen es de la región de Lazio, específicamente de la ciudad de Roma.
- Bucatini: su forma es similar a la de un espagueti, pero es más gruesa y tiene un pequeño agujero en el medio. Es una pasta típica de Roma.
- Fusilli bucati: ¿te acordás de los cables de los teléfonos? Bueno, su forma es parecida, como una espiral larga de pasta.
- Pappardelle: se trata de una pasta similar al fettucce. La diferencia está, básicamente, en que es mucho más ancha, pues mide hasta 3 centímetros. Sus bordes pueden ser, además, curvos o planos.
- Tagliatelle: una pasta cuya preparación incluye huevo y su origen es de la región de Emilia-Romaña. Tiene forma de cinta, es plana y mide entre 8 milímetros y 1 centímetro de ancho. En español se le conoce como tallarines.
- Tagliolini: también tiene forma de cinta, pero es más delgada si se le compara con la pasta tagliatelle.
- Tonnarelli: esta pasta italiana se diferencia de las que hemos mencionado porque su forma no es ni plana, ni tubular. En cambio, se trata de una pasta cuadrada y gruesa. En Italia también se le conoce como “pasta allá chitarra”. La chitarra es el utensilio que se usa para cortarla y darle esta forma.
- Bigoli: una pasta muy parecida a los espaguetis, pero un poco más gruesa. Su origen es de Venecia.
- Vermicelli: su traducción al español significa “pequeños gusanitos”. Tiene la misma forma del espagueti, pero es más delgada.
- Pici: típicos de la región de Toscana, los pici son como espaguetis, pero mucho más largos. En su receta tradicional, se usa muy poco huevo para preparar la masa.
- Mafalde o reginette: un tipo de pasta italiana que sobresale por una forma ondular. La historia dice que su nombre está inspirado en el pelo rizado de la princesa Mafalda de Saboya, la hija de Víctor Manuel III, rey de Italia entre 1900 y 1946.
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Pastas italianas cortas
Luego de hablar de las pastas largas, entramos a un mundo de figuras y formas con las diferentes pastas cortas que existen. Al igual que el listado anterior, hay algunas que son difíciles de encontrar en el supermercado o que, a pesar de sus semejanzas, tienen diferentes nombres dependiendo de la región donde nacieron.
- Penne: una de las pastas cortas más famosas y comunes. Tienen una forma en cilindro oblicuo. Existen de dos clases: el penne rigate tiene pequeñas rayas en su parte interna, mientras que el penne lise es liso. Este tipo de pasta nació en 1865, cuando el genovés Giovanni Battista Capurro creó una máquina que podía hacer cortes diagonales en la pasta sin romperla.
- Rigatoni: los rigatoni son parecidos a los penne, aunque son más grandes y su corte no es oblicuo, sino recto. Sin embargo, tienen las rayitas en su exterior. Es un tipo de pasta que nació en Sicilia, específicamente en la comuna de Aragona.
- Pizzoccheri: en cuando a su forma, se puede decir que es una versión corta del pappardelle. Sin embargo, tiene un color más oscuro debido al tipo de harina que se usa.
- Fusilli: ¿te acordás que más arriba te contamos de los fusilli bucati? Esta es su versión más corta y, sobre todo, más conocida. En español también se les conoce como tornillos o tirabuzones, debido a esa forma en espiral tan particular que tienen. Suelen medir alrededor de 4 centímetros y, además, se consiguen de diferentes colores, como naranjas, verdes o grises.
- Farfalle: el universo de la pasta es espectacular. Nos ofrece una inmensa cantidad de colores y figuras. Una de las formas más llamativas, sin duda, son estas pequeñas mariposas o lacitos.
- Creste di gallo: aunque no son muy fáciles de conseguir, tienen una forma muy llamativa que es comparada con la cresta de un gallo, de ahí su nombre. Son tubulares y suelen tener estrías en la parte de afuera, similar a los macarrones. Sin embargo, tienen un pliegue en la curva externa, la más larga, que los hace diferentes.
- Ñoquis: una comida italiana que no podría hacerse sin un alimento totalmente americano, la papa. Los ñoquis tienen una forma ovalada, y con un tenedor se les hacen las líneas. Aunque no sea algo muy común, también pueden tener relleno.
- Conchiglie: la famosa pasta que lleva su nombre por la semejanza que tiene con las conchas de mar. Existen diferentes tamaños y las más grandes también pueden tener algún tipo de relleno.
- Cavatapi: una pasta tubular, pero en forma de espiral. También se le conoce como cellentani o spirali.
- Garganelli: desde la región de Emilia-Romaña llega esta pasta tubular parecida a los penne. Sin embargo, en los garganelli se puede ver con claridad el pliegue para darle esa forma de tubo. Se hacen doblando cuadrados de pasta alrededor de un palo de madera.
- Anelletti: típicos de la ciudad de Palermo, pero populares en toda Sicilia, son pequeños anillos de pasta.
- Orecchiete: una pasta de la región de Apulia, ubicada en el tacón de la bota italiana. Su nombre en español significa “pequeñas orejas”, debido a la similitud con esta parte del cuerpo.
- Macarrones: una pasta en forma tubular, que se encuentra tanto curva como recta. Tiene un tamaño pequeño.
Recetas con pasta
Las pastas rellenas más populares
Parece que el universo de la pasta nunca termina. Ahora vamos a contarte un poco de las pastas rellenas.
- Ravioli: obviamente tiene que encabezar este listado, una de las pastas italianas más populares del mundo. Los raviolis, usualmente, son cuadrados y pueden tener carne, pescados, verduras o salsas en su interior.
- Cannelloni: se tratan de tubos de pasta rellenos de quesos, verduras y carne. Se dice que los canelones fueron una invención del chef Salvatore Coletta en la ciudad de Amalfi.
- Cappelleti: con una forma similar a los antiguos sombreros que se usaban en la Edad Media (“cappelleti” significa “sombreritos”), esta pasta se prepara en un caldo de pollo en la región de Emilia Romaña.
Cómo combinar las salsas y las pastas
Aunque, si somos sinceros, se puede comer cualquier tipo de pasta italiana con prácticamente cualquier salsa, existen algunas recomendaciones para combinar mejor las características de los alimentos con las propiedades de algunas guarniciones.
- Las pastas cortas que tienen rayitas o estrías, como los penne rigate o los rigatoni, ayudan a agarrar y sostener mejor las salsas más espesas, como puede ser, por ejemplo, la boloñesa.
- Las pastas tubulares, por ejemplo los bucatini o los garganelli, al tener ese espacio interior pueden retener mejor las salsas cremosas, como las que se preparan con los quesos.
- Las salsas con ingredientes del océano, conocidas como “frutti de mare”, como la amalfitana, que tiene anchoas, se suelen comer con pastas largas.
- Las pastas cortas y tubulares son perfectas para las salsas que tienen más cuerpo y volumen, como la arrabiata o la puttanesca.
- Las pastas largas que no son tubulares, como los espaguetis, pappardelle y fettuccine, suelen ser acompañadas de salsas más líquidas.
- En las pastas rellenas el protagonista es ese elemento interior, así que lo mejor es usar salsas ligeras y que combinen con lo de adentro.