El mascarpone no es solo para postres. Aprendé sus secretos y prepáralo en salsas, rellenos y canapés.
El mascarpone es uno de esos ingredientes que, al mencionarlo, atrae la atención de los amantes del queso y la buena cocina. Su textura suave y cremosa, ha conquistado corazones en todo el mundo, gracias a su capacidad para transformar platos simples en creaciones exquisitas. Este queso italiano es un tesoro culinario, conocido por ser el ingrediente esencial del tiramisú y de otras delicias, tanto dulces como saladas.
Seguí leyendo y descubrí con Recetas Nestlé® todo lo que el mascarpone tiene para ofrecer, conocé sus orígenes, beneficios y cómo aprovecharlo al máximo en tu cocina.
¿QUÉ ES EL MASCARPONE?
El Mascarpone es un queso fresco italiano de color marfil y textura cremosa. Su alto contenido de grasa, que puede alcanzar hasta un 75%, le da una consistencia mantecosa y un sabor lácteo suave, ligeramente dulce. Destaca visualmente por su apariencia brillante y uniforme, con un tono que varía entre blanco nacarado y marfil. Su aroma es sutilmente lácteo y fresco, reflejando su cremosidad sin ser demasiado intenso.
En cuanto a su sabor, es principalmente lácteo, con un ligero dulzor natural que lo hace muy versátil. A diferencia de otros quesos frescos, no tiene una acidez marcada, lo que lo convierte en un ingrediente ideal tanto para recetas dulces como saladas. Su textura suave se deshace fácilmente en la boca, siendo perfecto para untar o como base para postres y salsas.
HISTORIA Y ORIGEN DEL MASCARPONE
El mascarpone se originó en Lombardía, al norte de Italia, una región agrícola rica cuyo nombre proviene de “masherpa”, que significa crema de leche. Este queso, conocido desde el siglo XVI, se elaboraba originalmente en otoño e invierno, aprovechando la leche densa y rica en nutrientes de las vacas que pastaban en las praderas locales. Hoy en día, su producción se encuentra disponible todo el año y se encuentra en cualquier parte del mundo.
¿CÓMO SE HACE EL QUESO MASCARPONE?
Aunque se encuentra en tiendas y supermercados, también es posible prepararlo en casa con ingredientes y utensilios básicos, siguiendo un proceso similar al del yogur:
- Calentar la crema: En una olla, calentá la crema de leche a fuego bajo sin dejar que hierva. La temperatura debe llegar a unos 85°C. Este calor suave es esencial para iniciar el proceso de coagulación de las proteínas de la leche.
- Añadir limón: Una vez caliente, agregá el jugo de limón poco a poco, revolviendo. La acidez del limón permite que la leche cuaje y se separe del suero.
Cocinar suavemente: Mantené la crema a esa temperatura durante unos 5 minutos más, revolviendo ocasionalmente hasta que espese.
- Enfriar la mezcla: Retirá del fuego y dejá enfriar a temperatura ambiente durante 15 a 20 minutos.
- Colar la mezcla: Colocá una gasa o un paño limpio sobre un colador y vertela. Dejá escurrir el suero durante 12 a 24 horas en la heladera. Este proceso lento es fundamental para obtener la textura adecuada y el resultado es un mascarpone fresco, suave y cremoso.
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Su elaboración ha sido tema de debate, ya que la ley italiana cataloga al mascarpone como queso, técnicamente no lo es porque no se produce el cuajado, sino que es el resultado de añadir un cultivo de bacterias a la nata extraída de la leche.
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USOS CULINARIOS DEL MASCARPONE
El mascarpone se destaca por su sabor y textura, además de su capacidad de integrarse en una amplia variedad de platos. Estos son algunos de los usos más comunes del mascarpone en la cocina:
- Postres: El mascarpone es el ingrediente principal de varios postres cremosos, como el tiramisú, uno de los postres italianos más famosos. Además, se utiliza en tartas de queso, mousse y cremas para acompañar frutas frescas.
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- Salsas: El mascarpone, con su textura cremosa, es ideal para preparar salsas irresistibles. Mezclalo con hierbas frescas, ajo y especias para crear salsas perfectas para salsas.
- Rellenos: Su versatilidad permite usarlo tanto para bañar pastas como para rellenarlas. Combinalo con espinacas o setas para obtener rellenos suaves, ideales para raviolis, tortellinis o capas de lasañas.
- Entradas y canapés: El Mascarpone es perfecto para untar en bruschettas o crostinis o cualquier tipo de pan o galletita. Agregá miel, nueces y frutas frescas para crear bocaditos sencillos, pero sofisticados y deliciosos.
- Tartas y quiches: Los amantes del queso saben que el mascarpone por su suavidad y capacidad para mezclarse con otros ingredientes, lo convierten en un excelente complemento tanto para tartas dulces como saladas, así como para quiches.
ALMACENAMIENTO Y CONSERVACIÓN DEL MASCARPONE
El mascarpone, al ser un queso fresco y cremoso, requiere un cuidado especial para mantener su frescura y textura por más tiempo. Conservarlo adecuadamente no solo garantiza su sabor, sino también su consistencia ideal para usarlo en tus recetas favoritas.
- Una vez abierto, guardá el mascarpone en la heladera, bien tapado para evitar que se seque o absorba olores de otros alimentos.
- Si el envase original no es hermético, pasalo a uno que cierre bien. Esto va a ayudar a preservar su frescura y evitar la contaminación con otros sabores y olores.
- Al ser un queso fresco, es recomendable consumirlo lo más rápido posible. Después de abrirlo se recomienda que sea en un plazo de 3 a 5 días.
- A diferencia de otros quesos, no se aconseja congelar el mascarpone, ya que su textura cremosa puede separarse y volverse granulosa al descongelarse.
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FUENTES:
https://www.thespruceeats.com/what-is-mascarpone-cheese-591332