Las frutillas son unas de las frutas más populares, deliciosas y con grandes propiedades nutricionales. Por su atractivo color rojo intenso, aroma y dulce sabor son muy apreciadas por su versatilidad al integrarse en una gran variedad de recetas como batidos, ensaladas y postres.
Las frutillas son las frutas favoritas de muchas personas, además de ser deliciosas se destacan por aportar una buena dosis de vitaminas y minerales. A pesar de tener grandes beneficios tiene un gran inconveniente y es que es un ingrediente muy perecedero, al ser una fruta muy delicada que al no conservarse adecuadamente se deteriora con una gran rapidez.
En Recetas Nestlé® te contamos más sobre esta deliciosa fruta, con tips y recomendaciones para conservarlas adecuadamente en casa.
PROPIEDADES DE LAS FRUTILLAS
Las frutillas se destacan por sus propiedades nutricionales al ser una fruta rica en antioxidantes, minerales, vitaminas, con un bajo contenido en azúcares y calorías. El aporte energético de las frutillas es mínimo pero su contenido en fibra crea la sensación de saciedad. Aproximadamente un 90% de la frutilla es agua, y alrededor del 7% son hidratos de carbono (fructosa, glucosa y xilitol).
Las frutillas también poseen una riqueza mineral al tener magnesio, manganeso, calcio, fósforo, cobre, silicio, potasio y especialmente hierro. En 200 gramos de frutillas hay un 17% de hierro y un 9% de magnesio.
Adicionalmente las frutillas también son una excelente fuente de vitaminas entre las que se destacan son: la vitamina A, C, E, K y las pertenecientes al complejo B. Asimismo es una excelente fuente de vitamina C y K. Donde 200 gramos de frutillas cubren más del 200% de las necesidades diarias de vitamina C, una tercera parte de la vitamina K y la sexta parte del ácido fólico y cantidades notables de vitaminas del grupo B.
¿POR QUÉ SE DETERIORAN LAS FRUTILLAS?
A todos nos ha pasado después de comprar en la verdulería o el supermercado frutillas frescas, al llegar a casa a los pocos días las vemos deterioradas y deben ser desechadas inmediatamente. Pues desafortunadamente las frutillas al ser productos agrícolas frescos son alimentos muy delicados que se pueden contaminar con bacterias, virus o mohos por algunos factores como el calor, el transporte y la humedad después de su recolección.
Las frutillas son una fruta que se deterioran con rapidez por su alto contenido de agua, por su alta tasa de respiración y gran susceptibilidad a dos hongos patógenos que provocan que dejen de ser comestibles en muy poco tiempo. Estos dos enemigos principales son Botrytis cinerea y Rhyzopus stolonifer, el primero de ellos hace que la fruta quede cubierta por un moho gris algodonoso y los tejidos se ablandan, el segundo sus esporas se encuentran circulando en el aire propagando a otras con facilidad produciendo una podredura blanda en la que los tejidos pierden jugos.
Cuando veas que esto ocurre, tenés que descartar las frutillas afectadas, no basta con cortar solo la parte dañada. Cuando los mohos se aprecian a simple vista en la superficie, significa que la fruta está seriamente afectada en su interior.
ELEGÍ BIEN AL MOMENTO DE LA COMPRA
Un factor clave que puede hacer la diferencia y te duren un poco más de tiempo, es al momento de comprarlas. No solo es importante su manipulación y almacenamiento, sino también de cómo se adquieren. Si estás pensando en llevar frutillas en tu próxima compra, tenés que tener claro cuál será su uso, con una clara intención de consumirse en los próximos días de su compra, así evitarás el desperdicio de alimentos en casa.
Al momento de comprarlas fijate que sean brillantes y de apariencia fresca. Revisá bien que dentro de su empaque no haya ninguna estropeada, ya que al haber solo una en ese estado es muy probable que las que están a su alrededor con contacto directo, también se deterioren en un menor tiempo. Evitá llevar las frutillas que tengan un color pálido o con algún color extraño en su superficie, las que tengan tallos secos o marchitos y los empaques que estén con agua o exceso de humedad.
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CÓMO EVITAR QUE SE DETERIOREN
Al comprar nuestros ingredientes y al momento de cocinar debemos tener siempre una regla muy importante y es que debemos procurar tener en nuestras cocinas el cero desperdicio de alimentos. Esto se logra planificando muy bien las compras que ya lo nombramos anteriormente y al llegar a casa con la correcta manipulación y almacenamiento.
Para que las frutillas que acabas de comprar no se te dañen de inmediato, a continuación, te compartimos algunos consejos que podés aplicar para extender la vida útil de las frutillas.
- Abrí su empaque y revisalas muy bien. Si en la caja o la bandeja en las que vienen notas que hay alguna muy estropeada, separala inmediatamente para que no dañe las demás.
- El enemigo número de las frutillas es la humedad, así que no las laves antes de almacenarlas. Solo las tenés que lavar antes de usarlas en alguna preparación o al consumirlas frescas. Si las lavás antes de almacenarlas, solo vas a conseguir que absorban humedad y corran mayor un riesgo de generar moho. Si ves que algunas están un poco húmedas, podés secarlas con una toalla de papel antes de guardarlas.
- Dejalas intactas y no le saques los tallos. Las frutillas deben mantener su tallo hasta antes de consumirlas, existen algunas teorías que afirman que el tallo ayuda a que se conserven.
- La mayoría de los empaques tienen orificios o ranuras que permiten su ventilación. Si querés podés dejarlas en estos recipientes verificando que no tenga hongos o humedad en el fondo.
- También si querés podés guardarlas en otro recipiente que tengas en casa colocando en el fondo toallas de cocina y las podés tapar con papel film, pero haciéndole algunos agujeros para que circule el aire. Al guardarlas tratá de que tengan espacio entre ellas, evitá amontonarlas para no acelerar el crecimiento y reproducción de hongos.
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Recetas con frutillas
CÓMO GUARDAR LAS FRUTILLAS
Al momento de almacenarlas nos entra la duda si guardarlas o no en la heladera. Eso dependerá si vas a consumirlas el mismo día que las compraste, si es así podés dejarlas a temperatura ambiente en un lugar fresco, ventilado y sin estar expuesto directamente a los rayos del sol. Si por el contrario pensás consumirlas en los próximos días, si es mejor que las guardés en la heladera, ya que los mohos que anteriormente mencionamos no aparecen a temperaturas por debajo de los 5°C.
Si aplicás los anteriores consejos y las almacenás adecuadamente, las frutillas te pueden durar entre 4 a 6 días guardadas en la heladera. Si vas a consumir una frutilla que estuvo guardada en la heladera, lo recomendado es retirarlas 1 o 2 horas antes de su consumo para poder disfrutar todo su aroma y sabor característico.
CONGELAR FRUTILLAS
Si de tu preparación te sobraron frutillas o simplemente sabes que no las vas a poder consumir todas en el menor tiempo posible, otra forma de minimizar su desperdicio es congelándolas para realizar con ellas preparaciones como smoothies o frappés de fresa, que al estar congeladas ayudarán a que tu bebida esté en el punto exacto de frío con la textura perfecta.
Aprovecha tus frutillas y prepara con ella una milkshake de frutilla.
Al decidir congelarlas, aquí si conviene lavarlas, retirarles el tallo y secarlas muy bien con una toalla absorbente, ya que es imposible realizar esta tarea después de congelarla. Depende la preparación que tengas en mente las podés guardar enteras, cortadas o trituradas, aunque conservarán un nivel más alto de vitamina C si las guardás enteras. Para esto podés utilizar bandejas extendidas para que no se peguen, recipientes herméticos o bolsas reutilizables de silicona para que ocupen menos espacio en tu freezer.
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CÓMO LAVAR Y DESINFECTAR LAS FRUTILLAS
Las frutillas al igual que todas las frutas y verduras deben lavarse antes de su consumo. Al ser alimentos que deben ser recolectados, expuestos a una gran manipulación, tierra y polvo en su proceso de transporte y en los casos menos deseados a parásitos que pueden ser dañinos para nuestra salud.
VINAGRE PARA DESINFECTAR LAS FRUTILLAS
Uno de los mejores desinfectantes de frutas es el vinagre, este producto natural destruye las baterías de las frutillas manteniéndolas frescas por más tiempo y sin modificar sus características organolépticas. En un recipiente de vidrio lo suficiente grande o dependiendo la cantidad de frutillas que desees lavar, mezclá allí ¼ de taza de vinagre en 1 ½ taza de agua. Sumerge las frutillas en esta solución y dejalas remojar por unos 5 o 10 minutos. Pasado el tiempo sacalas de allí y enjuagalas con bastante agua para remover los restos de vinagre. Secalas muy bien con ligeros toques sin hacer mucha presión con una toalla de cocina. Después de lavarlas y secarlas ya podés retirar el tallo, así evitarás el riesgo de contaminar su interior.
FUENTES:
https://www.cuerpomente.com/guia-alimentos/fresa
https://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/fresas-con-moho-hay-que-tirar-toda-la-bandeja.html