Cupcakes de colores

Como sucede con muchas otras preparaciones de repostería que se hacen en el horno, los cupcakes crecen con las altas temperaturas. El problema de llenar el molde es que no va a tener espacio al aumentar su tamaño, así que seguramente va a regarse, ensuciando el molde y el interior el horno. Por eso la mezcla no debe superar los ¾ de cada molde.

La respuesta es sí. En primer lugar, es necesario mezclar los ingredientes secos, como pueden ser la harina, el azúcar, el polvo para hornear y el cacao. Estos pueden variar según la receta. Después, en un bowl aparte, se integran los elementos húmedos, como los huevos, la manteca derretida, la crema, la leche y la leche condensada (también pueden cambiar dependiendo de la receta). 

Al final, cuando ya tengamos dos mezclas bien integradas, es el momento de unirlas en una sola preparación. Esto es una gran ayuda para evitar que se formen grumos. Adicionalmente, tener los ingredientes a temperatura ambiente también aporta en este aspecto.

Si querés llevar esta preparación a un nivel más alto, añadir un relleno es una excelente alternativa que aporta nuevos sabores y texturas.  

1. Tenés que esperar unos cuantos minutos para que se enfríen, así evitas quemarte o lastimarte.  

2. Con tus cupcakes fríos, ahora tenés que hacer un pequeño agujero en el centro. Para esto podés insertar el cabo de una cuchara pequeña, un cilindro de metal pequeño, un cuchillo o un objeto similar. 

3. Insértalo hasta la mitad del cupcake, gíralo unas cuantas veces y luego lo retiras, sacando la masa del centro.  

4. Como ahora tenés el espacio, podés agregar el relleno que desees. Algunas ideas son crema de chantilly, mermelada, ganache, queso crema, caramelo o merengue.