Steak bañado en salsa holandesa sobre un plato blanco

Cocción y técnica

Salsa holandesa: clásica, cremosa y única

Renueva tus platos con una salsa holandesa para acompañar tus comidas favoritas

Aprendé a dominar la técnica de su preparación y disfrútala en los platos que quieras.

La salsa holandesa, esa emulsión suave y rica conocida por su delicado equilibrio de mantequilla y limón y su color amarillo brillante, es una de las cinco salsas madre de la cocina francesa. En este artículo, exploraremos la historia de la salsa holandesa, desde sus raíces hasta su lugar en la mesa moderna. 

Además, desglosaremos su preparación paso a paso, revelando cómo la paciencia y la técnica correcta pueden transformar ingredientes simples como las yemas de huevo, la mantequilla clarificada y el jugo de limón en una salsa sublime.  

También compartiremos recetas inspiradoras que muestran la versatilidad de la salsa holandesa, desde un clásico Eggs Benedict hasta platos innovadores. Ya sea que seas un chef experimentado o un entusiasta de la cocina en casa, te invitamos a descubrir los secretos de esta exquisita salsa. 

 

ORIGEN DE LA SALSA HOLANDESA 

La salsa holandesa, a pesar de su nombre, no tiene sus raíces en los Países Bajos, sino que se atribuye a la cocina francesa del siglo XIX. Se dice que el renombrado chef francés Auguste Escoffier fue el primero en documentar la receta de esta salsa en su famoso libro de cocina "Le Guide Culinaire".  

Salsa holandesa, cremosa y brillante en toma cenital sobre un fondo blanco

Aunque su nombre puede sugerir lo contrario, el término "holandesa" se cree que se deriva de la palabra francesa "hollandaise", que significa "a la manera de Holanda", en referencia a la técnica de montar la salsa que se asemeja a la de una mayonesa.  

Desde entonces, la salsa holandesa se ha convertido en un elemento básico de la cocina clásica, ampliamente apreciada en todo el mundo por su elegancia y su capacidad para realzar una variedad de platos. 

 

PASO A PASO PARA PREPARAR LA SALSA HOLANDESA 

Cocinar una salsa holandesa desde cero puede parecer imponente a primera vista, pero con la técnica adecuada, cualquiera puede dominar su elaboración. Sigue estos simples pasos para preparar una salsa holandesa perfecta: 

  1. Preparación de los ingredientes: Reuní los ingredientes necesarios: huevos frescos, mantequilla, jugo de limón, sal y pimienta. 
  2. Baño María: Colocá un recipiente resistente al calor sobre una olla con agua caliente a fuego lento para crear un baño maría. 
  3. Mezcla de huevos: En el recipiente del baño maría, batí las yemas de huevo con una pizca de sal y una cucharada de agua fría hasta que estén ligeras y espumosas. 

    Tres huevos enteros y un huevo con una yema en su cáscara para preparar salsa holandesa

  4. Adición de mantequilla: Agregá la mantequilla derretida poco a poco, batiendo constantemente, hasta que la salsa comience a espesar y adquiera una textura suave y sedosa. 
  5. Añadir sabor: Incorporá jugo de limón y condimentá con sal y pimienta al gusto, mezclando bien para equilibrar los sabores. 
  6. Servir y disfrutar: Retirá la salsa del baño María y sírvela de inmediato sobre tus platos favoritos para una experiencia culinaria inolvidable. 

Con estos sencillos pasos, podrás crear una salsa holandesa perfectamente emulsionada y llena de sabor en la comodidad de tu cocina. 

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5 variaciones de la salsa holandesa 

La versatilidad de la salsa holandesa permite una variedad de adaptaciones creativas. Aquí tenés cinco emocionantes variaciones para experimentar: 

  • Salsa holandesa con estragón: Agregá estragón fresco picado a la salsa para un toque herbal y aromático. 
  • Salsa holandesa de mostaza: Incorporá una cucharada de mostaza Dijon para darle un sabor picante y complejo. 
  • Salsa holandesa de queso: Mezclá queso rallado en la salsa para una versión indulgente y reconfortante. 
  • Salsa holandesa de azafrán: Infundí hebras de azafrán en la mantequilla derretida para un toque de lujo y color. 
  • Salsa holandesa de chipotle: Agregá una cucharadita de puré de chipotle para un toque ahumado y picante. 

Experimentá con estas variaciones para agregar un toque único a tus platos favoritos. 

Recetas con salsa

10 PLATOS CON SALSA HOLANDESA 

La salsa holandesa es una adición deliciosa a una variedad de platos, desde clásicos hasta contemporáneos. Aquí tenés diez ideas inspiradoras para incorporar esta exquisita salsa en tu cocina: 

  • Espárragos a la Parrilla: Espárragos tiernos a la parrilla cubiertos con salsa holandesa y ralladura de limón. 
  • Salmón al Horno: Filetes de salmón horneados y cubiertos con salsa holandesa de estragón y alcaparras. 
  • Brócoli al Vapor: Brócoli cocido al vapor servido con una generosa porción de salsa holandesa. 
  • Eggs Benedict: Clásico brunch de huevos pochados sobre pan inglés con jamón y salsa holandesa. 

    Plato de eggs benefict con salsa holandesa, pan y un huevo pochado

  • Filete de Ternera: Jugosos filetes de ternera asados a la parrilla y cubiertos con una cucharada de salsa holandesa. 
  • Verduras Asadas: Mezcla de verduras asadas al horno con un toque de salsa holandesa de mostaza. 
  • Pollo Relleno de Espinacas: Pechugas de pollo rellenas de espinacas y queso feta, cubiertas con salsa holandesa de ajo. 
  • Benedicto de Aguacate: Una versión vegetariana de los huevos Benedicto con aguacate en lugar de jamón, todo cubierto con salsa holandesa. 
  • Coliflor al Horno: Coliflor entera asada al horno y servida con salsa holandesa de azafrán y nueces. 
  • Papas al Horno: Papas horneadas con romero y ajo, acompañadas de una generosa porción de salsa holandesa. 

La salsa holandesa, con su rica historia y su inigualable sabor, continúa siendo una de las favoritas en la cocina gourmet. Desde su origen en la cocina francesa hasta su adaptación en recetas modernas, esta exquisita salsa sigue cautivando a los amantes de la gastronomía con su elegancia y su versatilidad.  

Ahora que conocés su preparación y su sabor, es hora de que la incluyás en tus preparaciones y comentés cómo te pareció. 

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Preguntas frecuentes

¿Qué es la salsa holandesa y cómo se diferencia de otras salsas similares?

La salsa holandesa es una salsa emulsionada hecha con yemas de huevo, mantequilla clarificada, jugo de limón y condimentos. Se diferencia de otras salsas, como la bearnesa o la mayonesa, por su uso de mantequilla en lugar de aceite y su característico sabor a mantequilla y limón.  

Para las emulsiones se usa el método de homogeneización, el cual consiste en mezclar dos líquidos que no se mezclan entre sí, como el agua y el aceite. Esto permite una textura cremosa y la estabilidad de la salsa. 

¿Cómo se prepara la salsa holandesa de manera adecuada para evitar que se corte o se vuelva demasiado líquida?

Para evitar que la salsa holandesa se corte, es importante batir las yemas de huevo con una pizca de sal y agua fría antes de agregar la mantequilla derretida poco a poco. Además, es crucial mantener una temperatura suave y constante durante todo el proceso de emulsión.

¿Se puede almacenar la salsa holandesa sobrante y cómo se debe recalentar?

La salsa holandesa sobrante se puede almacenar en el refrigerador en un recipiente hermético durante unos días. Para recalentarla, coloca el recipiente en un baño maría a fuego muy bajo, revolviendo constantemente hasta que esté caliente y suave nuevamente, evitando calentarla demasiado rápido para evitar que se corte.